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martes, 27 de marzo de 2018

¿Qué significa karma y cómo nos afecta, en nuestra vida? Part.1.

Siempre decimos: "Todo vuelve multiplicado". Eso es karma, acción-reacción, causa-efecto. Jesús diciéndolo para todos los tiempos: "El que siembra cosecha".


El karma no es malo ni bueno, es neutro. El karma es lo que es, todo lo que uno genera y hace, cada situación, cada actitud, cada pensamiento, cada emoción, cada palabra, cada decreto es una energía, que genera una reacción en el universo. Los genios le llaman energía vibratoria. Todos somos moléculas, átomos, vibrando en el vacío, sólo que ante los ojos humanos parecemos sólidos. Si nos mirásemos con un microscopio potente de alta complejidad, veríamos que el último protón de la última molécula nuestra está vacío, ni siquiera nos tocamos, sólo que, para los sentidos tan bajos en su vibración, vemos que todo está duro, sólido y compacto. Pensar que cuando uno se está matando con otro o amando, ni siquiera se está tocando. Cuánticamente, los genios nos dicen que en realidad no somos nada, mientras que para el amor somos todo, porque la energía está funcionando sólo por amor.

Entonces el karma es todo aquello que hacemos, sentimos o pensamos, y que atrae automáticamente una consecuencia, la famosa ley de causa y efecto. Toda acción tiene una repercusión en el universo y, por ende, en nuestra propia vida.

El karma es neutro, es decir, tan bueno o tan malo como lo que estamos o estuvimos realizando. Que yo este acá escribiendo esto o que ustedes estén ahí leyéndolo es karma. Todos estamos en distintas situaciones kármicas, según el nivel de conciencia adquirido como resultado de muchas idas y venidas al planeta.

Nuestro presente es resultado de los hechos que en el pasado hemos causado, y lo que llamamos futuro, con cierto viso de irrealidad porque aún no ha llegado, dependerá de lo que estemos generando en este instante, del amor o el daño que causemos a otras formas de vida.

Entonces, ¿cómo modifico el karma que ya he generado y que invariablemente voy a tener que vivir, si en este momento estamos viviendo las consecuencia de lo que ya hemos hecho?

Ustedes dirán: "Si yo no lastimé a nadie en esta vida, ¿por qué me está sucediendo tal o cual cosa?". Pasamos a entender que esta vida quizás no es la única vida y que uno viene arrastrando karmas de muchos planos de existencia en una rueda de evolución.

Pregúntense: ¿Por qué una persona nace sin piernas y otros son atletas olímpicos? ¿Por qué en la inundación muere un chiquito y ustedes están ahí, eligiendo comprender esto y tienen dónde dormir y comer? ¿Por qué el tsunami mató a 200 mil en Tailandia y acá no llegó? ¿Por qué cae un avión y tantos otros llegan a destino? ¿Por qué una persona va en medio de una revolución y las balas le pasan y no lo tocan, y a otro lo agarra una bala perdida en el medio del campo? ¿Por qué frente a un mismo cáncer una persona se va y otra se queda y lo revierte?

¿Dios dispuso esto? ¿Dijo: "A estos les voy a dar otra chance y a estos otros los voy a matar"? Tenemos que entender claramente que uno genera consecuencias según los actos que vive. Tenemos ya que ampliar la mente y decir: "Pero entonces esta vida no es la única, es un granito de arena de todas las que hemos estado transitando y de las que nos tocarán aún, en este código evolutivo que no cesa". ¿Hasta cuándo? Hasta que uno quiera cortar el juego kármico.

De los 6.500 millones de habitantes, 5 mil millones entienden el karma, son criados al menos escuchando que venimos de tantas vidas y seguiremos atándonos a tantas otras según los merecimientos. Justo en nuestro Occidente cristiano, con 1.500 millones de habitantes, no se habla de la encarnación del cuerpo; se dice: "Sí, cielo e infierno, si te portás bien, vas al cielo, si te portás mal, al infierno". Es esta y la vida eterna, o el fuego eterno, pero coinciden en el merecimiento. La única sutileza es que si esta vida es la única, ¿por qué hay tanta diferencia? ¿Quién dispuso que unos sí, otros no, que uno es sano y feliz y el otro parece olvidado por Dios?

¿Por qué en el Occidente cristiano no se habla del karma? Parece que se habló y mucho, pero se lo censuró, en los textos sagrados, según los popes de ese momento, cuando el poder religioso y el poder secular eran lo mismo.

En el Concilio de Nicea, que se llevó a cabo en el año 325 después de Cristo, se decidió quitar de la Biblia grandes párrafos que no les convenían a los poderosos de turno. A la gente había que decirle que esta vida era la única; entonces si en esta vida hacían lo que la Iglesia indicaba, soportando presiones, inculcando miedos y culpas por intereses económicos y el manejo del poder, se ganarían el cielo; y si no cumplían con los mandatos del dogma, irían al infierno de cabeza.

Si, en cambio, a la gente le hubiesen explicado que venimos con merecimientos vida tras vida, hubiera sido al menos más audaz para creer en su propio mandato interno.

 

Por Claudio María Domínguez.


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