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sábado, 31 de marzo de 2018

¿Qué significa karma y cómo nos afecta, en nuestra vida? Part.2.


Quedaron párrafos muy brutales en la Biblia, que son en los que los grandes estudiosos de la religión se regodean, donde se explica el karma.

Por ejemplo, cuando le llevan a Jesús un chiquito ciego de nacimiento y le preguntan por qué, si fue por su propio pecado o por el de sus padres. Jesús contesta: "Nadie paga pecado ajeno, cada uno recibe lo que cada uno causa". ¿En qué momento el chico dañó a alguien? Porque si hubiese regresado de la guerra a los veinte años habiendo cegado a unos cuantos, sería un castigo lógico, pero había nacido ciego, ¿a quién le causó un perjuicio que tuviese que saldar?

En otra ocasión, Jesús les dice a los apóstoles: "¿Quién dice la gente que yo soy?". Y le contestan: "Maestro, dicen que sos el espíritu santo, dicen que sos Juan el Bautista, dicen que sos la encarnación divina, el rey de reyes, la zarza ardiente". Y Jesús les dice: "Soy todos esos y muchos más".

Él, a su vez, les pregunta: "¿Dónde está Elías?". Ellos, sorprendidos, le dicen: "Maestro, Elías murió hace mucho tiempo". Y Jesús les contesta que es Juan el Bautista que ha vuelto y no lo habían reconocido.

Nicodemo era uno de los apóstoles más jóvenes a quien Jesús tenía como uno de sus favoritos. Los demás apóstoles le plantearon por qué lo privilegiaba tanto si se trataba de uno de los más jóvenes e inexpertos entre ellos, a lo que Jesús les respondió: "De los más jóvenes e inexpertos, ahora. Es de los que llevan más tiempo yendo y viniendo conmigo".

Otro pasaje interesante es cuando Nicodemo preguntó qué tenía que hacer para salvarse, a lo que Jesús le respondió que tenía que volver a nacer. Y añadió: "Quien no renaciere de cuerpo no conocerá su alma".

Volviendo a la parte práctica, una buena pregunta sería: "¿Hay que creer en el karma para estar bien?". Es que nadie puede escapar de su propio karma, por eso se considera que lo que estás pasando en este momento es lo que has venido generando.

¿Qué hago si yo no sabía? Si yo era ignorante, ¿por qué tengo que tener esta proclividad genética, tal enfermedad? ¿Por qué me abandona mi pareja maltratándome? ¿Por qué fui abusado por un familiar? ¿Entonces quiere decir que en otro plano debo haber hecho lo mismo y ahora estoy saldando las asignaturas pendientes de lo que todos tenemos que experimentar según lo que hemos causado?

¿Tienes que creer en eso? No. Si a ti te hace bien creerlo y te resuelve tu historia, sí, es una opción perfecta a tanto oscurantismo de siglos o a decir "Dios sabrá por qué sucede lo que se hace intolerable para la mente".

¿Qué otra explicación si no para los que tienen un accidente y muere uno y el otro no? No cierra la explicación de la voluntad de un Dios que juega a las cartas los destinos de millones de personas. Venimos experimentando karma acumulado, vida tras vida, hasta que podamos terminar con él, transmutarlo, trascenderlo.

El karma que ya está en movimiento es como una flecha que ha sido disparada. La flecha va a caer, caer significa que no necesariamente te va a dar en el corazón y te va a matar. Es decir, nadie puede detener el karma que ya hemos generado, lo que se puede hacer es comprender el juego kármico como para que las consecuencias de ese karma que venimos arrastrando, que fue generado en un estado de inconsciencia y de adormecimiento durante varias vidas, sea muy tolerable y compensado.

Entonces, la flecha, como concepto poético, que te hubiera dado en el corazón y te hubiera matado, no te va a dar en el corazón sino en alguna otra parte del cuerpo, y no te va a causar daño letal, sino que te enviará, por ejemplo, tres meses al hospital, o con alguna quebradura, que, al impedir tu movimiento externo, te lleve más rápido a la introspección, a entender los sucesos de una vida y el cambio rotundo, brutal, extraordinario, que se impone aquí y ahora.

Sai Baba nos dice que un acto de comprensión, de compasión, de caridad, de servicio por día, limpia diez negatividades kármicas acumuladas del pasado. Y vas a tener una vida muy apacible, magnífica en comparación con lo que tu karma acumulado hubiera atraído.

Atrévete a ser el creador de tu vida. Aquel que sabe las reglas del juego kármico, aquel que no es jugado por el karma inevitablemente, aquel que a conciencia dice: "Ahora genero y creo mi historia, ahora decido escribirme los capítulos, soy el autor de mis personajes", y elige, incluso, cómo vivir y cómo irse de esta vida.

La gente que entra en control del juego kármico elige cuándo dejar el cuerpo y en qué circunstancia, y dónde se irá yendo en cada plano evolutivo, e inclusive, quedarse después de su muerte, por el tiempo que estime conveniente.

Por Claudio María Domínguez.


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