Sin importar, cuáles han sido nuestros cargos pasados, podemos remediarlos, cumpliendo, con las cinco etapas de reparación karmica, que se detallan a continuación.
La primera forma es la reparación inmediata, del daño, o los
daños, ocasionados a nuestros semejantes, tanto físicamente, como
espiritualmente, debidos, a reacciones inapropiadas e inmaduras. Disculpándose,
ante el afectado, o afectados, en forma personal, y sabiéndolos enfrentar, con
sabiduría, humildad, sinceridad, y lo más importante, arrepentimiento
verdadero, ante lo ocurrido.
La segunda forma de
limpieza, es la ayuda desinteresada y amorosa; en el servicio desinteresado a
toda la humanidad de acuerdo con nuestras propias capacidades, Este servicio no
sólo se puede dar en el plano material, sino también el plano mental y aún más,
en el plano espiritual. Uno de los más grandes servicios que el hombre puede
dar, es en el silencio. Cuando centra su
atención en su conciencia divina y pide por aquellos que padecen verdaderamente
dolor, por aquellos que sufren, por aquellos que lloran, por aquéllos que no
encuentran una salida ni consuelo.
La tercera forma es el trabajo pensante, el cual consiste en
estudiar la verdad de los libros, aquellos libros escritos principalmente por
hombres plenamente realizados, seres que han superado la evolución humana,
aquellas obras inspiradas de gran luz y elevación. Este trabajo habrá de
realizarse, para luego revertirlo en servicio propio, acatando los mandamientos
y doctrinas, en ellos señalados, y a la vez, enseñando a nuestros hermanos esa
luz que hemos recibido.
La cuarta forma es aceptar, sin blasfemar y entendiendo lo
que son las enfermedades, el dolor físico y sentimental, los accidentes o
fracasos económicos, y que son, una de las formas de limpieza kármica o
campanazo, para que el ser despierte y tome conciencia, para poder así,
elevarse nuevamente a su conciencia original.
La quinta forma es la polarización por medio de la
transmutación, a través del uso de las energías superiores, como el uso del
fuego violeta, la llama violeta, el fuego blanco, la llama blanca y la llama
Rosa.
La utilización de estas energías no es solamente para
nuestro uso, sino para que sean utilizadas también por nuestros seres queridos
y por toda la humanidad, con el buen uso de la mente, y la verdad.
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