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jueves, 17 de mayo de 2018

Nuestra alma inteligente es además espiritual e inmortal.




Está comprobado que el alma es espiritual porque realiza actos intelectuales con los que capta lo que no impresiona a los sentidos, lo que no se ve ni se toca, lo que no tiene color, ni forma, ni peso; lo que no es material: el deber, la justicia, la nobleza, el honor, la virtud, el heroísmo. Los sentimientos de envidia, odio, venganza, avaricia, ambición, orgullo, son de carácter espiritual. Lo mismo que la amabilidad, generosidad, bondad, etc...

 Es propio del ser humano tener ilusiones. La ilusión no tiene nada de material. Es propiedad exclusiva del alma espiritual.

Los conceptos abstractos no están sujetos al tiempo y al espacio. Son de ayer y de hoy, de aquí y de allí. No como la flor que veo aquí y ahora. Ayer era capullo y mañana se secará.

En cambio, los conceptos abstractos son invariables en el espacio y en el tiempo.

 El concepto de triangularidad se aplica exactamente igual a todos los triángulos posibles de todos los tiempos y de todas las formas: sean equiláteros, isósceles o escalenos.

Cuando yo digo «madre», «hijo», «hermano», además del proceso físico y fisiológico de ondas sonoras y nerviosas que llegan de mis cuerdas vocales a tu tímpano, y de tu oído al cerebro, hay algo muy distinto de la materia que sale de tu corazón y se traslada donde está tu madre, tu hijo o tu hermano.

Decir «te amo» y «I love you» suenan de modo totalmente diferente. Sin embargo el español y el inglés entienden la misma idea.

 El proceso físico-biológico de ondas sonoras y sensitivas es distinto. Pero la idea que expresan es la misma. Lo que pertenece al orden material es distinto, pero la idea que se capta con el alma espiritual es la misma.

Si, en una hoja de papel, yo dibujo unos garabatos y a continuación escribo un pensamiento, la ciencia podrá examinar lo material: la calidad del papel y la composición química de la tinta; pero no podrá informar de la diferencia entre los garabatos y una frase correcta; y menos de la idea de mi pensamiento, y yo sí.

Y es que yo tengo algo que capta lo que no es material.

El alma compara dos ideas y ve su conformidad o disconformidad.

 Si yo escribo en una pizarra «el azúcar es rojo y el clavel es dulce», tú captas la desconexión de las ideas; pues lo rojo no es el azúcar sino el clavel, y lo dulce no es el clavel sino el azúcar.

Esto lo captas porque tienes una potencia espiritual que capta las ideas.

El proceso físico-fisiológico de la pizarra a la retina y al cerebro es igual en los dos casos.

 Una computadora puede hacer operaciones matemáticas. Pero solamente las operaciones para las que ha sido previamente programada.

Por otra parte la máquina es incapaz de sentir responsabilidad, agradecimiento, amor, odio, miedo, tristeza, pena, vergüenza, remordimiento, arrepentimiento, etc...

Estos son sentimientos de rango espiritual superiores a lo meramente material.

Un pensamiento no se puede medir con leyes de la materia, ni con aparatos de medir se puede apreciar el valor artístico de un cuadro.

 «El espíritu existe en el hombre, porque la ciencia no puede explicar el raciocinio, ni tampoco el libre albedrío... El ser humano conoce, además de los objetos concretos, las nociones abstractas y universales, lo que solamente puede conseguirse con un imponderable principio espiritual».


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